martes, 18 de junio de 2019



Llegó el calor... ¡A comer verduras!

L.N. Judith Jiménez López

No hay pretexto para dejar de disfrutar de esta época del año: sol, calor y una variedad de frutas y verduras deliciosas que podemos consumir en dis­tintas formas: ensaladas, jugos, gelatinas, aguas frescas, nieves, etc.

Esta época nos da una buena oportunidad para consumir las ensaladas; aunque muchas veces no sabemos cómo pasar de lechugas y pollo o lechugas y panela. Tam­bién se tiene la idea de que son para los que están a dieta o bien, simplemente son del estilo de alimentación “conejo”. 

Las ensaladas son baratas, frescas, deliciosas y, además, ¡puedes hacer combinaciones inimagina­bles! Por otra parte, nada mejor para obte­ner vitaminas, minerales, agua, fibra y un elemento maravilloso, las enzimas, pero es necesario que se utilicen verduras y frutas fres­cas. Si no eres muy bueno para las ensa­ladas, tal vez es que no has encontrado la preparación adecuada. Primero, elige las que ya te gustan y luego ve intentando con nuevas combinaciones.



¿Qué debe incluir una buena ensalada?

Debes lograr la combinación perfecta de elementos para que te enamores; al prepa­rarla, debes hacer partícipes aromas, sabo­res y colores, además de todos tus sentidos; no sólo el gusto. Una buena ensa­lada deberá de incluir:

1. Una variedad importante de base: lechu­gas (de éstas no sólo existe la Romana; hay francesa, sangría, italiana, mantequilla, es­carola, etc.), col, espinacas, acelgas, etc.

2. Hierbas aromáticas como albaha­ca, romero, hierbabuena, arúgula, etc.

3. Verduras neutrales: apio, morrón rojo, amarillo, naranja, verde, bró­coli, coliflor, pepino, jícama, zanahoria, calabacita, etc.

4. Un elemento jugoso, fresco, dulce o ácido, por ejemplo: fresas, mango, toma­te cherry, frambuesas, gajos de mandarina, manzana o pera, etc.

5. Elementos secos: arándanos, pa­sas, o mezcla de frutos secos, orejones, etc.

6. Un elemento crocante: almendras, nueces, pistaches, pe­pitas, semillas de girasol o bien, si de pla­no te gustan mucho, croutones o tiritas de tortilla. 

7. Para finalizar, puedes usar algún alimento en salmuera, de éste usa una pe­queña cantidad. Aceitunas negras o verdes, alcaparras, etc.  





Si quieres hacer de tu ensalada el plato principal, sólo agrega una proteína: carne (pollo, res, pescado, preparados a la plancha o a las finas hierbas) o queso (panela, manchego, de cabra, queso azul, etc. de preferencia quesos bajos en grasa, Tofú -queso de soya) o bien, puedes agre­gar una carne de soya, hamburguesa de germi­nado de lentejas, gar­banzos, o cualquier otro alimento rico en proteína de origen vegetal.



¿Y el aderezo?

Son mejores los aderezos que no sean demasiado fuertes, de tal forma que opaquen el sabor de la ensalada. En cada bocado debes poder dis­tinguir el ácido, amargo, dulce, jugoso, salado y/o cro­cante de cada elemento con el que decidiste festejarte.

El aceite de oliva es un excelente adere­zo, y puedes usar algo de limón y especias. ¿No te agrada? Entonces puedes hacer uno de yogurt y pepino con un poco de hier­babuena. ¿Qué tal miel, jugo de naranja y mostaza?

Te recomendamos una mezcla perfecta: en­salada de espinacas y fresas. Ingredientes: espinacas, fresas, aceitunas negras y queso.

Otra idea es espinacas, fresas, nueces y queso azul, acompañada de aceite de oliva y vinagre balsámico.

¡No hay pretexto para dejar de disfrutar de una buena ensalada!

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