En tiempos actuales los problemas de
infecciones orales por relaciones sexuales se han incrementado, ya que estas prácticas son cada
vez más frecuentes, sobre todo entre los jóvenes.
Las relaciones sexuales orales (o sexo oral)
implican usar la boca, los labios o la lengua para estimular los genitales.
Esta práctica es común
entre los adultos sexualmente activos. Puede ocurrir en parejas heterosexuales
y del mismo sexo. Más del 85 % de los adultos sexualmente activos, de 18 a
44 años de edad, han reportado haber tenido relaciones sexuales orales al menos
una vez con una pareja del sexo opuesto. En una encuesta separada, que se
realizó entre el 2007 y el 2010, se halló que el 33 % de las niñas y los
niños adolescentes de 15 a 17 años reportaron haber tenido relaciones sexuales
orales con una pareja del sexo opuesto.
Muchas enfermedades de transmisión sexual (ETS),
como también otras infecciones, pueden propagarse a través del sexo oral. Toda
persona que se exponga a una pareja infectada puede contraer una ETS en la
boca, la garganta, los genitales o el recto. El riesgo de contraer una ETS a
través de las relaciones sexuales orales, o de propagar una ETS de esta misma
manera depende de varias cosas. Esto incluye:
·
El tipo
de ETS.
·
Los tipos
de relaciones sexuales practicados.
·
La
frecuencia de las ETS en la población a
la que pertenecen las parejas sexuales.
·
La frecuencia
con la que se practiquen.
Es importante
saber que las ETS se pueden contagiar de las zonas genitales a la boca o viceversa; que se puede tener las infecciones
en más de un área al mismo tiempo; por ejemplo, en la garganta y en los
genitales. Y también una vez que se contrae la enfermedad pueden luego propagarse por todo
el cuerpo de la persona infectada.
Las ETS pueden transmitirse a una pareja sexual, aun
cuando la persona infectada no presente signos ni síntomas. Si usted tiene una
ETS, podría no saberlo ya que muchas de estas enfermedades no siempre presentan
síntomas.
Las diferentes ETS pueden tener comportamientos muy variados, por ejemplo la infección
por clamidia no presenta signos y síntomas
iniciales. Si hubiera algún síntoma pudiera ser dolor de garganta. Cuando la
infección es en vagina o pene se puede presentar secreciones sanguinolentas, o sensación
de ardor al orinar. Dolor o inflamación en los testículos. Dolor o secreción
rectal.
Para el tratamiento en caso de presentar cualquier sintomatología es conveniente acudir con su médico (ginecólog@ o urólog@):
La importancia de detectar la enfermedad
es sobre todo dar el tratamiento correcto para mantener la salud y evitar la
transmisión a parejas sexuales que no estén infectadas.
Además en las mujeres pueden causar enfermedad
inflamatoria pélvica (EIP), la cual puede provocar dolor pélvico crónico,
infertilidad y embarazo ectópico (un embarazo
en la trompa de Falopio o en alguna otra parte fuera del útero).
En mujeres embarazadas:
Podrían provocar el nacimiento prematuro o que el bebé nazca con bajo peso.
La enfermedad puede transmitirse al bebé durante el parto y causarle una infección por clamidia en los ojos o una infección de las vías respiratorias que se podría transformar en neumonía.
En los hombres:
Pueden provocar epididimitis, una afección dolorosa de los conductos de los testículos que puede llevar a la formación de tejido cicatricial en esos conductos.
Tanto en los hombres como en las mujeres:
Pueden aumentar el riesgo de contraer una infección por el VIH.
Podrían aumentar el riesgo de transmitir el VIH a las parejas sexuales.
Podrían causar una reacción (artritis reactiva) en todo el cuerpo que puede llevar a artritis (dolor en las articulaciones), conjuntivitis, o sarpullido en la planta de los pies o algún otro lugar.
Además de las ETS mencionadas antes, otras infecciones, como las causadas por el virus de la hepatitis A, la bacteria Shigella y los parásitos intestinales (amebiasis) pueden propagarse cuando se practican relaciones sexuales orales en el ano.
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