Tomado de “Diplomado en Habilidades de Relación de
Ayuda” del Centro San Camilo, para la Humanización de la Salud
El término asertividad, es
relativamente reciente, y ha recibido varias definiciones de las que tomaremos las siguientes:
-
Ser asertivo, significa hacer valer los
derechos, expresando lo que uno cree, siente y quiere en forma directa, honesta
y de manera apropiada, respetando los derechos y la dignidad de los demás
(Jacubowski & Lange, 1978).
-
Ser asertivo, implica actuar bajo la plena
convicción de que se tiene el derecho de ser uno mismo y de expresar los
propios pensamientos y sentimientos, en tanto se respeten los derechos y la
dignidad de los demás (Aguilar, 1988).
Para ser asertivo se requiere:
-
No dar excusas o razones para justificar la conducta propia.
-
Capacidad para cambiar de opinión.
-
Ser responsable de nuestros
errores.
-
Saber decir “no sé”.
-
Saber diferir de la
opinión de los demás.
-
Saber decir “no
entendí”.
-
Saber decir “Yo
pienso, que esto no es así”.
-
Saber decir “no”,
sin sentirse culpable.
La asertividad, se ubica como punto medio entre dos conductas
opuestas: la
pasividad y la agresividad.
Podemos poner
un ejemplo: Imagina que vas a un restaurante; el mesero te lleva lo que pediste
y, al ir a tomar tu bebida, te das cuenta de que el vaso está sucio: en el
borde, se ven claramente manchas de pintura de labios. ¿Qué harías?
-
Quedarte callado y tomar del vaso aunque sientas
disgusto o asco.
-
Armar un gran escándalo, gritarle al mesero que jamás
volverás a ese lugar.
-
Llamar al camarero y pedirle que, por favor, cambie el
vaso sucio.
En este
ejemplo, la primera respuesta es de tipo pasiva, la segunda es agresiva y la
tercera es asertiva. Las dos primeras respuestas, pasiva y agresiva, nos hacen,
muchas veces, ineficaces en nuestras relaciones interpersonales, generando ya
sea abuso hacia nosotros, o bien, abuso por parte
de nosotros hacia los demás, ocasionando
tensión, fricciones, estrés y mala comunicación.
Así pues, la
asertividad es una herramienta básica de las habilidades sociales. En la medida en que seamos más asertivos, tendremos
mayor posibilidad de establecer comunicaciones interpersonales de calidad, y
lograr nuestros objetivos. Por el
contrario, la falta de asertividad es causa de depresión, ansiedad y estrés.
ASERTIVIDAD
-
Expresión directa de las necesidades individuales.
-
Manifestación de los deseos.
-
Formulación libre de las opiniones.
-
Hacer realmente lo que se desea, sin dejar que la
presión de grupo o situaciones similares influyan en la determinación de la
conducta.
-
Expresión de los sentimientos.
-
Rehusar peticiones que contravengan los intereses o
valores personales.
-
Respetar los derechos de los otros.
AGRESIVIDAD
-
Hacer comentarios hostiles, ya
sea de manera intencional o “sin querer”.
-
Realizar demandas inapropiadas o fuera de contexto, que
no correspondan a la realidad dentro de la cual se está viviendo.
-
Rehusar peticiones de manera hostil.
-
Manipular a otros para salvaguardar el interés propio,
o incrementar el beneficio personal.
PASIVIDAD
-
Ausencia o no expresión de las emociones.
-
Falta de defensa de derechos.
-
Falta de decisión sobre sí mismo.
-
Falta de expresión de las opiniones por no contravenir
las de otros.
-
Comportamientos que son resultado de la presión de
grupo o que no se han generado por consenso mayoritario, aunque contravengan la
realidad.
CARACTERÍSTICAS DEL ESTILO PASIVO
Verbalmente:
-
Se disculpa
constantemente.
-
Da mensajes
indirectos.
-
Disimula, habla
con rodeos.
-
Comunicación desconectada
de emociones.
-
No encuentra las
palabras adecuadas.
-
No dice lo que
quiere decir.
-
Habla mucho para justificar su comunicación.
-
Se retiene de
hablar por miedo, vergüenza o falso pudor.
-
No habla de sí
mismo.
-
Puede llegar a
humillarse.
Conducta
general:
-
Tiene
dificultades para rehusar una petición.
-
Deja que otros
abusen de él.
-
No puede expresar
sentimientos con libertad.
-
Experimenta culpa
al expresar un deseo o inconformidad.
-
Se apena en
situaciones comunes.
-
Actúa desde el
papel de víctima.
-
No se atreve a
realizar reclamos legítimos.
-
Evita, a toda
costa, el enfrentamiento de conflictos.
-
Se abruma ante el
exceso de demandas de los demás.
-
Pierde fácilmente
la espontaneidad.
-
Padece porque da
más de lo que recibe.
-
Acumula emociones
hasta explotar.
-
Da demasiada
importancia al “qué dirán” / la aprobación de otros.
-
Se bloquea cuando
la expresión es necesaria.
-
Hace muchas cosas
que realmente no desea.
-
Se conduele ante
la poca “valía” personal.
-
Vive exceso de
tensión y/o miedo en el intercambio social.
-
Actúa con la
esperanza de que los demás adivinen sus deseos.
Tono
de voz: débil, tembloroso, volumen bajo,
monótono.
Ojos: mirada baja, ojos caídos, ojos llorosos, evita el
contacto visual.
Postura: busca donde apoyarse, agachado, mueve la cabeza en
forma afirmativa constantemente.
Manos
y brazos: temblorosos, los mueve
constantemente, manos inquietas y sudorosas.
Las
personas que actúan pasivamente, probablemente:
-
Divagan en la
comunicación (frecuentemente justificándose);
-
Evitan frases en
primera persona.
-
Usan frases o
palabras como: “Quizás…”, “Te molestaría si…”,
“Me pregunto si…”, “Me da mucha pena molestarte…”;
-
Se devalúan:
“Creo que no puedo lograrlo…”, “No puedo…”, “No estoy en posibilidad de…”;
-
Usan frases que
permiten a los demás ignorar sus necesidades: “No es verdaderamente importante…”,
“No importa…”.
Causas
comunes del estilo pasivo:
-
Falta de control
emocional, predominio del temor y la ansiedad.
-
Aprendizajes
sociales: “no seas egoísta”, “sé humilde”, etc.
-
Sentimiento de
poco valor personal.
-
Falta de
habilidades sociales.
-
Ignorancia de los
derechos asertivos.
Efectos
del comportamiento pasivo:
-
Frustración,
insatisfacción, acumulación de tensión.
-
Los problemas no
se resuelven.
-
Los demás
aprenden a abusar.
-
Riesgo de
explosiones agresivas posteriores, con el subsecuente sentimiento de culpa.
-
Problemas de
salud: gastritis, colitis, cefaleas, etc.
-
Aislamiento.
-
Sobre-responsabilización,
cargas excesivas de trabajo.
-
Sentimientos de
incomprensión, menosprecio y rechazo.
-
Dependencia.
-
Bloqueos.
-
Deterioro en la
autoestima, autoconfianza y seguridad.
CARACTERÍSTICAS DEL ESTILO AGRESIVO
Verbalmente:
-
Comunicación basada
en exigencias.
-
Palabras
altisonantes.
-
Imposición
de opiniones.
-
Usa palabras para
dominar.
-
Usa mensajes de
“TÚ...”.
-
Habla mucho para
no ser contrariado.
-
Habla para llamar
la atención.
-
Se sobreestima.
Conducta
general:
-
Se muestra rígido
e inflexible.
-
Abusa de otros
siendo insensible a sus necesidades (sólo importa lo propio).
-
Expresa los
sentimientos con tonos y ademanes hirientes.
-
No acepta con
facilidad la responsabilidad de sus actos.
-
Dificultad para
aceptar críticas.
-
Frecuentemente, actúa
a la defensiva.
-
Se enoja con
facilidad.
-
Emite críticas constantes.
-
Cree tener
siempre la razón.
-
Necesita sentirse
superior a los demás.
-
Necesita
tener constantemente el control.
-
Quiere que los
otros hagan lo que desea.
-
Culpa, juzga y
condena a los demás.
-
No reconoce ni
acepta los derechos ajenos.
-
No acepta los
propios errores, olvidándolos con facilidad.
-
Se siente
fácilmente amenazado.
-
Reacciona
exageradamente para alcanzar sus objetivos.
-
Se cierra, no
escucha, no tolera desacuerdos.
-
Ve únicamente las
fallas de los demás.
-
Hace bromas
ridiculizando.
-
Etiqueta
negativamente a los demás.
Tono
de voz: fuerte, grita con frecuencia,
voz fría, imperiosa y autoritaria.
Ojos: mirada fija, orgullosa, ojos penetrantes, con
frialdad.
Postura: rígida, desafiante, soberbia.
Manos
y brazos: señala, empuña manos, movimientos
bruscos.
Las
personas que actúan agresivamente, probablemente:
-
Hacen excesivo
uso de: “Lo afirmo…”;
-
Dan por hechos
sus opiniones: “Este intento no funcionará”, “Este reporte da asco…”;
-
Amenazan: “Si no
lo haces….”;
-
Devalúan a los demás:
“Ésta es sólo tu opinión…”;
-
Hacen excesivo
uso de la palabra “deber”: “Es tu deber…”, “Es tu obligación…”, “Tú debes…”, “Necesitas…”, “Tienes que…”;
-
Son rápidos para
descargar su responsabilidad sobre los demás: “Yo sabía que era culpa tuya…”, “Ya
lo había previsto…”, “Sabía que sucedería…”.
Causas
comunes del estilo agresivo:
-
Falta de control
emocional, predominio de la inseguridad.
-
Incapacidad para
empatizar.
-
Experiencias exitosas
derivadas de su conducta agresiva.
-
Miedos conscientes
e inconscientes.
-
Intolerancia a la
frustración.
-
Ignorancia de los
derechos asertivos.
Efectos
del comportamiento agresivo:
-
Rompimiento
del diálogo o hacerlo más difícil.
-
La agresividad
provoca sensaciones de incomodidad, ira, resentimiento, temor, tensión, etc.
-
La persona con
actitudes agresivas se va quedando sola.
-
Genera situaciones
difíciles de manejar.
-
Deteriora la
autoestima, auto-confianza y seguridad.
CARACTERÍSTICAS DEL ESTILO
ASERTIVO
Verbalmente:
-
Comunica
lo que quiere en forma clara, directa, objetiva y sencilla.
-
Expresa
sus sentimientos.
-
Utiliza el
“YO”.
-
Habla lo
necesario, cuando tiene algo que decir.
-
Habla
bien de sí mismo si es necesario y conveniente.
Conducta general:
-
Se
siente libre de manifestarse tal como es.
-
Puede
comunicarse con personas de cualquier nivel.
-
Se
orienta activamente en la vida.
-
Acepta o
rechaza a las personas, en su mundo emocional.
-
Es
emocionalmente libre para expresar sus sentimientos.
-
Puede
decir SI o NO, de acuerdo a las
circunstancias.
-
Puede
ejercer poder, sin necesidad de ser autoritario.
-
Reconoce
los derechos de las personas y los respeta.
Tono de voz: firme,
cálida, bien modulada, relajada.
Ojos: ojos
expresivos, mirada franca, abierta, directa.
Postura: bien balanceada,
derecha, relajada, tranquila.
Manos y brazos: movimientos
relajados, naturales, agradables.
Las personas asertivas se expresan con frecuencia de esta manera:
-
Hacen
afirmaciones breves y apropiadas: “Yo pienso...”, “Yo creo…”, “Me gustaría...”,
“Yo quisiera...”, “Necesito...”,
-
Distinguen
claramente entre hechos y opiniones: “Según mi experiencia...”, “Mi opinión es…”, “A mí parecer...”;
-
Evitan expresiones como “Tú debes...”, “Tú
deberías…”, “Tú eres...”;
-
Utilizan
preguntas abiertas y claras para descubrir los pensamientos, las opiniones, y los
deseos ajenos: “¿Qué opinas sobre…?”, “¿Qué piensas en relación
con…?”;
-
Buscan
soluciones a los problemas: “¿Qué podemos hacer para…?”, “¿Qué puedo hacer…?”, “¿Qué
sucedería si…?”.
¿QUÉ DIFICULTA LA ASERTIVIDAD?
-
POBRE AUTOESTIMA: nos limita para conocernos, saber cuáles son
nuestras necesidades, deberes y derechos.
-
DEFICIENTE MANEJO DE EMOCIONES: si nuestras emociones están
fuera de control, o totalmente reprimidas, no sabremos dar una respuesta
adecuada a las demandas del medio ambiente.
-
CREENCIAS RESTRICTIVAS: adquiridas durante nuestra
infancia: “interrumpir a los demás es falta de educación”; “nuestros problemas
son nuestros, y no interesan a los demás”; “hay que adaptarse a los demás o nos
arriesgamos a quedarnos solos”; “hay que ayudar siempre a los demás, o seremos
unos egoístas”, etc.
¿CÓMO SER MÁS ASERTIVOS?
Como todas las habilidades
sociales, la asertividad puede aprenderse, entrenarse y mejorarse; por lo que se requiere de tiempo y esfuerzo
personal. En general, el entrenamiento
consta de 6 etapas:
- Identificar nuestro estilo básico de conducta
interpersonal: en este punto, habrá que prestar atención a nuestras
conductas, actitudes y manifestaciones en las actividades cotidianas; así podremos
identificar si son del estilo asertivo, agresivo o pasivo.
- Identificar el contexto en el que queremos ser más
asertivos: aquí se revisan las situaciones en que tenemos fallas y cómo podemos
mejorarlas. Esto se hace en base a
los resultados (positivos o negativos), obtenidos de nuestras
interacciones.
- Identificar las
situaciones problemáticas: se analizan las situaciones en su totalidad: quién,
qué, cómo. Cuáles pensamientos
negativos interfieren y qué objetivos queremos conseguir.
- Escribir un guión, para el cambio de nuestra
conducta: prácticamente es escribir la historia que queremos que se
desarrolle, visualizándonos y escuchándonos tal y como quisiéramos estar.
- Desarrollo del lenguaje corporal adecuado: aquí se
aprenden técnicas sobre el lenguaje no verbal, específicamente:
- La mirada (aprender a mirar a nuestro interlocutor de manera directa,
aunque no insistente).
- La distancia interpersonal, que variará de acuerdo a la situación específica. Según Eduard T. Hall existen: distancia
íntima (0 – 50 cms.), para relaciones amorosas y familiares; distancia personal
(50 – 125 cms.), es la que usamos para sentirnos cómodos, nuestro espacio
personal; distancia social (1. 25 – 3.5 mts.), usada para trabajar en equipo o
para relaciones sociales ocasionales; y distancia pública (más de 3.5 mts.) la
que nos aleja de los desconocidos, por ejemplo, al caminar por la calle.
- La postura corporal, en especial nuestros brazos, piernas y
orientación (inclinados hacia delante o atrás), influyen; por tanto hay que
cuidarlos según el mensaje que pretendemos dar.
- Aprender a identificar y evitar las manipulaciones
de los demás: las personas utilizan la manipulación, consciente o
inconsciente, para hacernos sentir culpables, evitar la conversación o
victimizarse. Es importante
observar, discernir y aprender técnicas para resistir este influjo.
CONCLUSIONES
Ser asertivo, no depende sólo del
aprendizaje de algunas técnicas, sino del nivel de autoestima que hayamos
adquirido. Si éste es bajo hay dos consecuencias:
-
Un comportamiento pasivo, o
-
Un comportamiento agresivo.
La persona asertiva, pues, tiene
estas características:
- Se siente libre para manifestarse, ya sea mediante
palabras y/o actos. Más o menos, su mensaje es: «Éste soy yo, y esto es lo que
yo siento, pienso, y quiero».
- Puede comunicarse con personas de todos los niveles
–amigos, familiares, y extraños–, y esta comunicación es siempre abierta,
directa, franca y adecuada.
- Tiene orientación activa en la vida. Va tras lo que
quiere, y, en contraste con la persona pasiva, que aguarda a que las cosas
sucedan, intenta hacer que sucedan las cosas.
- Actúa de un modo que juzga respetable. Al
comprender que no siempre puede ganar, acepta sus limitaciones. Sin
embargo, siempre lo intenta con todas sus fuerzas, de modo que, gane,
pierda o empate, conserve su propia autoestima.
- Sabe controlarse y no deja que los demás lo
controlen.
- Distingue sus derechos legítimos, los defiende e impide
que le sean usurpados, pero también reconoce los derechos de los demás y
el respeto de los mismos.
- Expresa sus emociones, ya sean de cólera o de
ternura.
- No manipula con su conducta. La asertividad,
consiste en profundizar la experiencia y la expresión de la humanidad, no
en convertirse en un artista del engaño.
- Sabe decir “no”, cuando quiere decir no, porque
sabe que las consecuencias del no saber decir que no: lo llevan a
actividades que le hacen a uno perder el respeto por sí mismo; lo llevan a
sentirse abrumado al hacer cosas que no desea o no puede o no tiene
energías para hacer; le permite que los demás lo exploten, y crece el
resentimiento; contribuye a la falta de comunicación con los demás (pues
dice «sí» cuando quiere decir «no»).
Ser asertivo,
es un requisito indispensable en la relación de ayuda, por lo tanto, será
necesario saber manejar las propias emociones, en situaciones extremas de
dificultad y conflicto.