¿Sabías
qué H2O es una molécula indispensable para la vida? Incluso se puede vivir
durante meses sin comida, pero sin agua y en condiciones extremas no se llega a
sobrevivir más allá de unos días.
¡Somos agua!
Y esto es bien sabido: nuestro cuerpo
está compuesto en su mayoría por agua. Cuando somos bebés llega a representar
hasta un 90% de nuestro peso, y con la edad este porcentaje disminuye
hasta llegar a ser entre 60 y 70 %.
Pues bien, si estamos formados principalmente
por agua, la hidratación es sumamente importante, ya que nuestro cuerpo tiene
pérdidas insensibles o inconscientes de este vital líquido. Los estudios nos refieren
que estas pérdidas suman un promedio de entre 1,500 ml a 2,000 ml, repartidos de
la siguiente forma: 200 ml en las heces, 1,5l en la orina, 100 ml por la transpiración
(no sudor), 200 ml por la respiración. Por lo tanto, la recomendación diaria de
8 vasos de agua natural o el equivalente a 2 litros resulta insuficiente cuando
realizamos alguna actividad física. La idea es cubrir las pérdidas insensibles
y saber que debemos tomar un extra de agua por el ejercicio o la actividad
realizada, tomando en cuenta incluso las condiciones en que se llevó a cabo; si
es un día soleado o húmedo, si fue en un edificio cerrado o al aire libre. Esto
es muy interesante, ya que realizamos una pequeña encuesta entre 45 personas
al azar y nos encontramos que más del 60% no toma ni siquiera 1 litro de agua
natural al día. Lo que nos dice que el grado de deshidratación en nuestra
población es muy alto. En general las personas piensan que tomar jugos,
refrescos, té, café o incluso caldos cubre gran parte de estas necesidades.
Pero esto no es verdad. Del 100% de lo que consumimos sólo un 30% debe de
provenir de los alimentos, el resto debe ser agua pura. El mayor inconveniente
que nos mencionan es que “no sabe a nada”. Esto es sencillo, puedes usar una
cascarilla de limón o algún otro cítrico y esto le dará un toque de aroma y no le
aumentará calorías o cambiará su composición. La idea es que, si no estás acostumbrado,
tomes la regla de los 21 días e ir de menos a más hasta cubrir cuando menos los
2 litros de base.
Algunas personas confunden el
reflejo de la sed con el reflejo del hambre. Al llegar a casa antes de comer nada,
debes tomar un vaso con agua sin hielo a sorbos: si el reflejo del hambre
desaparece, entonces la sensación de hambre en realidad era sed (esto sucede casi
en un 100% de los casos). Existen algunos otros puntos que nos mencionaron y
que conviene resolver.
El agua engorda. Esto
no es verdad. El agua carece de calorías, por lo que no puede haber reserva
energética de la misma. Puede ser que se retengan líquidos, pero esto no tiene que
ver con el agua en sí, sino con otras condiciones, como las hormonas, el ciclo
menstrual, problemas renales, exceso de sodio, etc.
El agua caliente disuelve las
grasas. Esto no es verdad. El agua no tiene esa
función. Se recomienda tomar agua tibia o caliente en ayunas porque esto
estimula el aparato digestivo (peristalsis) y mejora la digestión, pero no
porque tenga que ver con la grasa del organismo. También al consumir agua fría
durante las comidas la digestión se hace más lenta, ya que ésta es un proceso
caliente. Requiere energía y esta energía libera calor. Pero aún así no tiene
que ver con la grasa del organismo.
Ahora, siempre ten en cuenta los signos
de deshidratación: fatiga y sensación de sed, calambres, incremento en el
ritmo cardiaco, mareos y debilidad, náuseas y dolor de cabeza, escalofríos,
piel caliente o seca por falta de sudor, espasmos musculares, golpe de calor.
Ten en cuenta que cuando tienes sensación de sed ya estás deshidratado. Toma
agua a sorbos durante el día y llegarás a la meta sin darte cuenta. Disfruta
del agua como un elemento maravilloso y necesario en tu plan de nutrición.
Más sobre este y otros temas en
http://www.cscbiblioteca.com/
No hay comentarios:
Publicar un comentario