lunes, 29 de julio de 2019


El voluntariado en México

Lic. María Luisa Urrea

Directora General del IJAS





El voluntariado, de origen, puede conceptualizarse como la manifestación individual de voluntad con la que se busca contribuir al cumplimiento de objetivos colectivos que responden a una necesidad o problemática social.

Por ser una actividad sin fines de lucro, encuentra sus incentivos en los valores de la solidaridad y el altruismo; priorizando la búsqueda de la igualdad social, del fortalecimiento institucional y del desarrollo personal; motivado por un sentido de compromiso social, una convicción moral, o incluso - en ocasiones - por una historia de vida propia o cercana, que sustenta y motiva a su loable actuar.

Este conjunto de actividades y aspiraciones de invaluable trascendencia son una constante en el recuento de los años y la historia; siempre buscando contribuir y avanzar en temas de igualdad, bienestar y equidad desde una diversidad de tipos de voluntariado.

A su vez, con el pasar del tiempo, la participación de la ciudadanía en actividades voluntarias poco a poco gana más terreno y la estructuración de nuevas asociaciones civiles, organismos no gubernamentales o instituciones del tercer sector, por un lado, generan cambios positivos en la consciencia colectiva y por otro, conducen a la creación de más espacios de colaboración que están llevando al voluntariado a transformarse en agente de cambio social.



Por lo que respecta a datos del Instituto Jalisciense de Asistencia Social (IJAS), actualmente éste no cuenta con un sistema de monitoreo o registro que permita a las asociaciones civiles afiliadas informar sobre la cantidad de voluntariado que participa en sus asociaciones; sin embargo, sí existe un dato cuantificable que refleja en lo particular el compromiso de la juventud con las causas de asistencia social, puesto que en el año 2016, 1,071 estudiantes concluyeron su servicio social y prácticas profesionales en 72 Instituciones de Asistencia Social Privada (IASP) reconocidas.

Serán las siguientes generaciones quienes definan el nuevo rostro del voluntariado en México, y en quienes recaiga la responsabilidad de continuar con la gran labor que por años se ha venido realizando; porque, aunque el voluntariado emana de una voluntad individual y personal, sus ramificaciones en el entorno colectivo son francamente incalculables. Recordemos aquella frase de Margaret Mead:

Nunca dudes que un pequeño grupo de ciudadanos pensantes y comprometidos pueden cambiar el mundo. De hecho, son los únicos que lo han logrado”.

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